Cada país
tiene un sombrero que lo distingue frente al resto de los demás
países y que en muchos casos son utilizados como una prenda de vestir. Así
encontramos los sombreros “vaqueros” de los Estados Unidos, los que usan los mariachis
mejicanos, o los “vueltiao” ,colombianos, y también existen un sin fin de
formas y colores para las diversas ocasiones y profesiones en todo el mundo.
En Panamá
los hay desde los que emplean las etnias indígenas, negras, y los utilizados
por los campesinos santeños, unos de ellos considerados como símbolo del país
debido a la popularidad que han alcanzado a través de los tiempos.
En la
provincia de Coclé existen los llamados sombreros pintados, confeccionados por
artesanos panameños, y que son muy cotizados tanto por nacionales como por los
visitantes extranjeros. Pero hay uno que es muy famoso en el mundo, es el
llamado “Panamá” o “Panama hat”, el cual no es originario de este país, sino
que es hechos en el Ecuador.
Los sombreros pintados de Panamá
En la
confección de los sombreros panameños se utilizan distintos materiales, como la
bellota (Cardulovica palmata), el junco (Cyperus simplex), la chonta
(Astrocaryum sp.), la pita (Aechmea magdalanae) y el chisná (Arrabidea chica),
trabajo realizado totalmente a mano, siendo una prenda de vestir o de trabajo
muy en boga.
De acuerdo
al estilo y diseño existen varios tipos de sombreros, el “Pinta Mosquito” donde
se resalta los puntos negros, el “Ñopito”, de color blanco, “El Junco”
considerado muy resistente y el “Pinta’o”, el más cotizado y el “Veragüense”,
de color negro. También hay sombreros que son fabricados en Veraguas y
Chiriquí, utilizando en una u otra forma los mismos materiales.
El “Pinta‘o”
demora cerca de un mes en su diseño donde se utilizan fibras vegetales
extraídas de especies nativas. Su historia se remonta a mediados del siglo XIX
en donde, según la tradición oral, ya existía en el Distrito de Penonomé, en la
provincia de Coclé, un sitio muy prospero de venta de este artículo de trabajo.
Su nombre
también es motivo de dudas, aun en este siglo XXI, ya que no se han puesto de
acuerdo sobre si el mismo responde a las pintas que se les coloca a los
sombreros o se refiere al lugar, La Pintada, uno de los sitios de procedencia.
Los
consumidores expertos exigen a la hora de su compra que el sombrero lleve el
talco viejo, debe ser blanco o muy blanco, y muy suave al tacto. Y los
artesanos solo utilizan para esto, fibras muy finas las cuales son encargadas a
personas que viven en lugares montañosos.
El artesano
debe presentar un trabajo parejo, donde no debe distinguirse el lugar donde se
añadieron las fibras a la crizneja (soga o pleita), o donde se unieron las
criznejas. Un trabajo uniforme, con doces o dieciséis vueltas propios de un
sombrero de lujo mientras que uno ordinario es elaborado, por lo general, con
siete vueltas.
Su costo va desde los veinte a cientos de dólares
según sea la calidad de la fibra y del trabajo que esta genere durante su
hechura. Los que se fabrican en el Distrito de Ocú, provincia de Herrera son
llamados “sombreros ocueños” que consisten en una pieza tejida con fibras de
bellotas muy blancas con un borde de bellota negra.
Un sombrero llamado “Panamá”, que no es de Panamá
Los antiguos
ecuatorianos descubrieron una planta indígena con finas fibras sedosas llamada
paja toquilla, perfecta para tejidos ligeros y porosos. Cuando llegaron los
españoles en el siglo XVI, observaron que los nativos usaban “capuchas” etéreas
y translucidas para protegerse del sol tropical.
Dice la leyenda
que el material les parecía tan del otro mundo que pensaron que era piel de
vampiro, pero pronto lo adoptaron, y para el siglo XVII, tenían tejedores
diestros de Jipijapa y Montecristi haciendo finos sombreros de paja para enviar
a Europa.
A principio
de 1830, se abrió una fábrica de sombreros en Cuenca, Ecuador y el empresario
Manuel Alfaro comenzó a exportarlos hacia Panamá. Fue el hijo de Manuel Eloy Alfaro,
posteriormente
presidente de este país por dos periodos, quien con las ganancias de la venta
de los sombreros, en Panamá, pudo financiar su presencia en el Ecuador.El “Panama hat”
El sombrero
“Panamá”, fue exhibido en la Exposición Universal de París en 1855, sitio donde se dio a conocer lo último de la moda europea y en donde se
le llamó “panamas”, por el lugar donde se embarcaban. Durante la fiebre del oro
de California, los “forty-niners” adquirieron miles de estos sombreros en su
viaje por Panamá.
El gobierno
de Estados Unidos hizo un pedido de cincuenta mil a comerciantes panameños para
las tropas durante la guerra con España. Más tarde, los trabajadores del canal
lo usaron en sus faenas y el Presidente Theodore Roosevelt a su paso por Panamá
también lo utilizó.
El “Panama
hat” jugó un rol marcados por la elite de la moda internacional, mientras que
la realeza europeas, estrellas de cine y gánsteres famosos se han dejado llevar
por su elegancia. Greta Garbo favoreció este estilo exótico, Clark Gable,
Humphrey Bogart, Charlie Chan y Winston Churchill ostentaron “Panama hat”, y
celebridades como Madonna y Justin Timberlake, también lo han utilizado en sus
diversas actuaciones.
Los sombreros seguirán siendo utilizados en todo el
mundo debido a su necesidad para una fiesta,
cubrirse frente a las inclemencias del tiempo, el sol, la lluvia, trabajo o
profesión, y por la moda que hace de esta prenda de vestir un artículo
necesario a tener en nuestros roperos. A su paso por Panamá no olvide de llevar
su “Panama Hat”.
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