viernes, 23 de agosto de 2013

Un sombrero llamado Panamá

Cada país tiene un sombrero que lo distingue frente al resto de los demás países y que en muchos casos son utilizados como una prenda de vestir. Así encontramos los sombreros “vaqueros” de los Estados Unidos, los que usan los mariachis mejicanos, o los “vueltiao” ,colombianos, y también existen un sin fin de formas y colores para las diversas ocasiones y profesiones en todo el mundo.
En Panamá los hay desde los que emplean las etnias indígenas, negras, y los utilizados por los campesinos santeños, unos de ellos considerados como símbolo del país debido a la popularidad que han alcanzado a través de los tiempos.
En la provincia de Coclé existen los llamados sombreros pintados, confeccionados por artesanos panameños, y que son muy cotizados tanto por nacionales como por los visitantes extranjeros. Pero hay uno que es muy famoso en el mundo, es el llamado “Panamá” o “Panama hat”, el cual no es originario de este país, sino que es hechos en el Ecuador.

Los sombreros pintados de Panamá

En la confección de los sombreros panameños se utilizan distintos materiales, como la bellota (Cardulovica palmata), el junco (Cyperus simplex), la chonta (Astrocaryum sp.), la pita (Aechmea magdalanae) y el chisná (Arrabidea chica), trabajo realizado totalmente a mano, siendo una prenda de vestir o de trabajo muy en boga.
De acuerdo al estilo y diseño existen varios tipos de sombreros, el “Pinta Mosquito” donde se resalta los puntos negros, el “Ñopito”, de color blanco, “El Junco” considerado muy resistente y el “Pinta’o”, el más cotizado y el “Veragüense”, de color negro. También hay sombreros que son fabricados en Veraguas y Chiriquí, utilizando en una u otra forma los mismos materiales.
El “Pinta‘o” demora cerca de un mes en su diseño donde se utilizan fibras vegetales extraídas de especies nativas. Su historia se remonta a mediados del siglo XIX en donde, según la tradición oral, ya existía en el Distrito de Penonomé, en la provincia de Coclé, un sitio muy prospero de venta de este artículo de trabajo.
Su nombre también es motivo de dudas, aun en este siglo XXI, ya que no se han puesto de acuerdo sobre si el mismo responde a las pintas que se les coloca a los sombreros o se refiere al lugar, La Pintada, uno de los sitios de procedencia.
Los consumidores expertos exigen a la hora de su compra que el sombrero lleve el talco viejo, debe ser blanco o muy blanco, y muy suave al tacto. Y los artesanos solo utilizan para esto, fibras muy finas las cuales son encargadas a personas que viven en lugares montañosos.
El artesano debe presentar un trabajo parejo, donde no debe distinguirse el lugar donde se añadieron las fibras a la crizneja (soga o pleita), o donde se unieron las criznejas. Un trabajo uniforme, con doces o dieciséis vueltas propios de un sombrero de lujo mientras que uno ordinario es elaborado, por lo general, con siete vueltas.
Su costo va desde los veinte a cientos de dólares según sea la calidad de la fibra y del trabajo que esta genere durante su hechura. Los que se fabrican en el Distrito de Ocú, provincia de Herrera son llamados “sombreros ocueños” que consisten en una pieza tejida con fibras de bellotas muy blancas con un borde de bellota negra.

Un sombrero llamado “Panamá”, que no es de Panamá

Los antiguos ecuatorianos descubrieron una planta indígena con finas fibras sedosas llamada paja toquilla, perfecta para tejidos ligeros y porosos. Cuando llegaron los españoles en el siglo XVI, observaron que los nativos usaban “capuchas” etéreas y translucidas para protegerse del sol tropical.
Dice la leyenda que el material les parecía tan del otro mundo que pensaron que era piel de vampiro, pero pronto lo adoptaron, y para el siglo XVII, tenían tejedores diestros de Jipijapa y Montecristi haciendo finos sombreros de paja para enviar a Europa.
A principio de 1830, se abrió una fábrica de sombreros en Cuenca, Ecuador y el empresario Manuel Alfaro comenzó a exportarlos hacia Panamá. Fue el hijo de Manuel Eloy Alfaro,
posteriormente presidente de este país por dos periodos, quien con las ganancias de la venta de los sombreros, en Panamá, pudo financiar su presencia en el Ecuador.

El “Panama hat”

El sombrero “Panamá”, fue exhibido en la Exposición Universal de París en 1855, sitio donde se dio a conocer lo último de la moda europea y en donde se le llamó “panamas”, por el lugar donde se embarcaban. Durante la fiebre del oro de California, los “forty-niners” adquirieron miles de estos sombreros en su viaje por Panamá.
El gobierno de Estados Unidos hizo un pedido de cincuenta mil a comerciantes panameños para las tropas durante la guerra con España. Más tarde, los trabajadores del canal lo usaron en sus faenas y el Presidente Theodore Roosevelt a su paso por Panamá también lo utilizó.
El “Panama hat” jugó un rol marcados por la elite de la moda internacional, mientras que la realeza europeas, estrellas de cine y gánsteres famosos se han dejado llevar por su elegancia. Greta Garbo favoreció este estilo exótico, Clark Gable, Humphrey Bogart, Charlie Chan y Winston Churchill ostentaron “Panama hat”, y celebridades como Madonna y Justin Timberlake, también lo han utilizado en sus diversas actuaciones.


Los sombreros seguirán siendo utilizados en todo el mundo debido a su necesidad para una fiesta, cubrirse frente a las inclemencias del tiempo, el sol, la lluvia, trabajo o profesión, y por la moda que hace de esta prenda de vestir un artículo necesario a tener en nuestros roperos. A su paso por Panamá no olvide de llevar su “Panama Hat”.

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